¿Qué es la terapia Individual?
En el trajín diario, la rapidez con la que vivimos las experiencias de manera efímera tiende a desconectarnos de nuestro propio ser. Nos sumergimos profundamente en roles sociales, como el de madre, padre, trabajador, esposo o esposa, esforzándonos por cumplir con estas expectativas y, en el proceso, olvidamos quiénes somos. Esta desconexión puede generar una falta de comprensión de nuestras propias emociones y de cómo estas nos guían hacia la dirección que debemos tomar en nuestras vidas. La ejecución automática de acciones sin una conciencia plena contribuye a la formación de patrones de conducta emocional poco saludables.
La terapia individual se presenta como un espacio seguro, donde se establece una relación colaborativa entre el paciente y el terapeuta. Aquí, el terapeuta se dedica a escuchar y validar tus experiencias, ofreciendo orientación y presentando alternativas. A lo largo del proceso terapéutico, se proporcionan herramientas emocionales y se fomenta el desarrollo de habilidades que te permitirán gestionar de manera efectiva tus emociones y sentimientos. Este enfoque te capacitará para establecer relaciones saludables tanto contigo mismo como con quienes te rodean en tu entorno personal y laboral.
¿Con qué frecuencia asiste a la terapia?
La frecuencia varía según la problemática, edad y situación individual, considerando la historia de vida y los recursos emocionales de cada persona. En la mente consciente, reconocemos que cada individuo busca asistencia terapéutica con objetivos específicos. Por ello, diseñamos programas de intervención personalizados que se centran en las necesidades del paciente.
La frecuencia recomendada por especialistas es de 1 o 2 sesiones por semana, con una duración aproximada de 40 a 60 minutos cada una. Estas frecuencias permiten un abordaje efectivo de las metas terapéuticas.
¿Cómo saber si necesito asistir a terapia?
Esta es una pregunta que a menudo nos genera dudas cuando consideramos la intervención psicológica. En el proceso individual, nos enfocamos en las áreas biológica, psicológica y social. Aquí hay algunas problemáticas que podrían indicar la necesidad de buscar ayuda:
Problemas con drogas
Problemas relacionados con la pornografía
Dificultades sexuales
Problemas de sueño y alimentación
Dificultades para expresar emociones
Estrés
Ansiedad
Depresión
Aislamiento social
Ataques de ira
Duelos (proceso de pérdida)
Sexualidad
Problemas de adaptabilidad
Problemas de comunicación
Traumas
Enfermedades
Sobrepensamiento recurrente
Fobias
Toma de decisiones
Dificultades para relajarse
Insatisfacción con uno mismo
Pensamientos suicidas
Si experimentas alguno de estos desafíos, podría ser beneficioso considerar la asistencia terapéutica para abordar y superar estas dificultades.