¿Qué es la terapia infantil?
Es un proceso que implica una relación entre un niño y un psicólogo o psicóloga. Se enfoca en abordar problemas emocionales o conductuales que el niño está experimentando debido a situaciones biológicas, procesos cognitivos o sociales, para los cuales, debido a su corta edad, aún no tiene las herramientas adecuadas para enfrentar de manera autónoma.
¿Cómo funciona la terapia infantil?
En Mente Consciente, utilizamos la terapia de juego como método principal. Este enfoque permite que el niño explore sus emociones, sensaciones y sentimientos a través de actividades lúdicas. El juego proporciona un espacio seguro donde el niño se siente cómodo expresando sus experiencias diarias en la escuela, la familia y el entorno, así como sus tipos de apego. Es esencial que los niños tengan un lugar donde puedan expresarse libremente, sin sentirse amenazados o invalidados. En nuestra terapia, establecemos un proceso interpersonal donde el terapeuta utiliza técnicas de juego para prevenir o resolver dificultades psicosociales en los niños. Además, en Mente Consciente, reconocemos la importancia del papel de los padres o tutores, por lo que ofrecemos una escuela para padres. En este programa, proporcionamos herramientas y habilidades psicológicas para crear un entorno familiar más saludable y apoyar el desarrollo integral del niño.
¿Con qué frecuencia se debe asistir a la terapia?
Los especialistas sugieren una frecuencia de 1 o 2 sesiones por semana, según el motivo de consulta. Sin embargo, esta frecuencia puede variar según la problemática, la edad y la situación específica de cada caso.
¿Cómo saber si mi hijo necesita terapia?
La pregunta de cuándo acudir a un psicólogo para nuestros hijos puede generar incertidumbre. Es crucial comprender las emociones que acompañan a nuestros niños, ya que estas pueden influir en su bienestar emocional. Observar comportamientos inusuales puede ser una señal de que se necesita ayuda profesional para evitar desbordes emocionales, frustraciones o situaciones que podrían llevar a problemas como estrés, ansiedad o depresión infantil. Algunos casos en los que es recomendable buscar la asesoría de un especialista incluyen:
Separación de los padres.
Timidez social pronunciada.
Problemas de conducta persistente.
Aislamiento social.
Miedo al desapego.
Duelo familiar.
Enuresis y encopresis.
Diagnóstico de TDAH o autismo.
Dificultades en la comunicación.
Ansiedad infantil.
Problemas de aprendizaje.
Experiencia de bullying.
Dificultades en el manejo de la ira.
Ansiedad por separación.
Desconcentración persistente.
Irritabilidad constante.
Miedos nocturnos.
Si notas alguno de estos signos en tu hijo, buscar la ayuda de un profesional puede ser beneficioso para abordar adecuadamente las situaciones emocionales que enfrenta.